La bebé lloraba intensamente por momentos. El llanto era realmente fuerte y agudo. ¡Algo le dolía! Tenía algunos minutos de calma en donde trataba de conciliar el sueño, pero no lo lograba porque de nuevo venían los espasmos de dolor, flexionaba sus piernas sobre el abdomen y arqueaba su tronco e incluso, sus angustiados padres podían escuchar ruidos intestinales a distancia. Trataban de calmarla sin éxito. No había vomitado, no había fiebre y cuando extrajeron el termómetro rectal notaron que expulsaba una gran cantidad de gas. No sabían que hacer para ayudarla y decidieron llamar al pediatra.
Era cólico.
El cuadro clínico que presentaba era típico y su pediatra no tuvo dificultad para establecer el diagnóstico. Cuatro de cada 10 bebés lo presentan en las primeras semanas de vida.
No conocemos la causa con toda precisión, aunque sabemos que es de origen múltiple y que diversos factores como la dieta materna, la técnica de alimentación, el exceso de gas, el uso temprano de antibióticos, el tabaquismo de los padres o de la familia, la irritabilidad, las alteraciones del ciclo de sueño – vigilia y de la dinámica familiar así como, el tipo de fórmula usada entre otros factores; alteran significativamente el delicado equilibrio de la microflora intestinal de los bebés causando lo que los médicos llamamos disbiosis. Esta es la evidencia científica con mayor solidez hasta la fecha que apoya el origen del cólico: las alteraciones de la flora intestinal.
¿Qué hacer para ayudarle?
Cuida tu dieta. Hay alimentos que consumes y que no le caen bien a tu bebé. Pide a tu pediatra que te oriente.
Aliméntalo preferentemente con leche materna. No uses fórmulas lácteas si no es necesario.
Si usas biberones busca uno que le impida deglutir demasiado aire.
No fumes ni permitas que el ambiente de tu bebé se contamine con humo de cigarro.
Modifica sus rutinas, busca ambientes mas tranquilos y establece una rutina de sueño que le permita descansar y te permita hacerlo a ti también.
Envuélvelo y paséalo. Rompe el circulo vicioso que lo hace estar irritable. Cuando duerma déjalo libre, cómodo y fresco, pero cuida la temperatura de la habitación.
Si tu pediatra le prescribe probióticos u otros medicamentos asegúrate de seguir sus instrucciones correctamente. Evita los antibióticos. No lo automediques.
Necesitas ayuda. Los padres de los bebés con cólico duermen poco y el estrés y cansancio hacen las cosas más difíciles. Tu familia es la mejor opción.
Afortunadamente el cólico que se presenta en los bebés se resuelve antes de los 4 meses, es pasajero y casi nunca requiere estudios o un tratamiento con medicamentos fuertes.
Mantente alerta ya que hay signos de alarma que debes conocer y tu pediatra debe saber oportunamente si se presentan para descartar otras enfermedades importantes. Habla con él, seguro sabrá cómo ayudarte y ayudarle a tu bebé.
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