El desarrollo de vacunas para cualquier enfermedad infecciosa es un proyecto lento y arduo. Por lo general, se requieren más de 10 años para producir un producto con licencia y a menudo cuesta mucho dinero y esfuerzo.
Para un virus nuevo del cual se conoce y entiende aún muy poco como el #SARS CoV-2, el proceso es particularmente complejo.
La inmunidad o protección contra el virus que causa la enfermedad #COVID-19 se adquirirá de una de dos maneras: de una vacuna o de una infección. La mayoría de las personas prefieren la vacuna más que sufrir una infección que puede ser grave y potencialmente fatal.
Se requieren entre muchos otros desafíos:
Estudios clínicos en animales y personas confiables y seguros.
La certeza de que la vacuna no dañará y qué será protectora.
Enormes retos en la producción y distribución para 7,700 millones de personas en el mundo; asegurando además, una distribución equitativa y justa para todos.
Hay avances importantes en una de ellas y confiamos en los científicos para tener resultados favorables.
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